domingo, 20 de diciembre de 2009

ALEJANDRO CALATAYUD GARCÍA:EL PREHISTÓRICO DE MI PROFE Y SU MUJER.

EL PREHISTÓRICO DE MI PROFE Y SU MUJER
Por Alejandro Calatayud García.


Érase una vez en unas cuevas muy bonitas una mujer llamada Carmen y un hombre llamado Toni. Carmen estaba embarazada de cuatro niños y cuatro niñas. Los cuatro chicos se llamaron Alex, Paco, Óscar y José María. Las chicas se llamaban Irene, Andrea, Alba y Elisabeth.
Los niños no les dejaban trasladarse de un lado a otro para poder encontrar más comida.
Un día Alex estaba comiendo una fruta y se le cayeron las semillas al suelo. Óscar sabía que tenía que recoger las semillas pero no lo hizo. Llovía y el día era muy feo.
A la mañana siguiente nació una raíz muy larga que resultó ser un manzano. Esto hizo pensar a la familia y Toni vió que con palos podíamos hacer agujeros y meter las semillas en la tierra. Así nos aseguraríamos la comida.
De esta forma aumentó la población, vinieron más familias como la de Darío, la abuela de Toni que tenía ciento veinticuatro años y medio y muchas más.
La población aumentó tanto que con el tiempo nos tuvimos que ir a los valles fluviales que estaban en el Creciente Fértil y allí aumentó mucho más la población porque las tierras eran las mejores para plantar los alimentos. Fue en este lugar donde crecieron las primeras grandes civilizaciones.
Un día Toni le dijo a Carmen que podíamos hacer vasijas para guardar la comida y poco a poco desarrollamos la artesanía.
Una noche vinieron unos ladrones y salieron todos los chicos, Toni y Darío. Los pudimos detener pero al día siguiente para estar más seguros y que no nos chorizaran nuestras propiedades a Toni se le ocurrió hacer unas murallas alrededor de nuestra aldea.
Tuvimos nuevos problemas. Cada año se nos inundaba todo y Toni dijo que teníamos que hacer diques y canales para que por ahí circulara el agua.
Empezábamos a hacer armas de metal, pan y a cuidar los animales.
No íbamos a tener siempre lo mismo por eso empezamos a cambiar cosas por otras cosas. Óscar, Paco, José María y las chicas cambiamos muchas cosas por otras porque nos aburríamos de comer y tener siempre lo mismo. Así descubrimos el trueque.
Luego en las grandes ciudades que había en Mesopotamia y Egipto se hizo el comercio y nosotros nos trasladamos hasta allí. Había muchas personas y cambiamos muchas cosas, como trigo por vasijas. Así si nosotros necesitábamos vasijas para guardar más cosechas podíamos conseguirlas en los grandes mercados de la ciudad. Cambiamos seis kilos de metal por seis sacos de semillas para poder plantar en nuestras tierras y con el excedente poder cambiar muchas más cosas. Una y otra vez, una y otra vez….


Este trabajo pertenece a un alumno mío que se llama Alejandro Calatayud García y que cursa sexto de primaria

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